lunes, 7 de septiembre de 2009

Gabriel.

No me gusta la lluvia cuando ando sin paraguas, ropa de lana y con el pelo suelto, así que corro y entro en el edificio donde cada tarde nos vemos sin que nadie lo sepa. Aunque llevamos un par de meses reconociéndonos, los dos sabemos implícitamente que nos conocemos de edades perdidas, que somos dos cuerpos fatigados y que nos buscamos como dos enfermos con taquicardia. Yo me pregunto si alguien día me hablarás o tendré que seguir escribiendo estupideces.

viernes, 21 de agosto de 2009

Las palomas del abuelo.

Me bajo de la micro unas cuadras antes para caminar por la plaza de las palomas, yo prefiero llamarla la plaza del abuelo y sus palomas, a las que les llevas comida y música con tu radio pasada de moda. No te he visto, probablemente moriste sin que nadie se enterara, sólo esos guarenes con alas o la señora que te arrendaba ese pieza. Ojalá que no para que nos sentemos en el banco de la plaza y me digas que me parezco a tu nieta.

sábado, 15 de agosto de 2009

martes, 11 de agosto de 2009

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Es segunda vez en el día que me regalan galletas y que escucho la misma parte de una canción cruzando el puente. Eso me hace pensar que tengo cara hambrienta y estoy pegada con esa canción. He dormido dos veces en el día y me he cambiado dos veces los zapatos porque se me mojaron. Además de sentir que ya había estado en la clase que hoy tuve, es decir, viví doblemente el momento. Podría pasar toda la tarde buscando casualidades como pensar que subirás la escalera y me mirarás profundamente a los ojos, y que así suceda. Pero mi propósito es decir que estas coincidencias me hacen sentir que alguien mueve mis hilos y quiero que se aburra!

lunes, 27 de julio de 2009

Cuídate.

Estuviste jugando en mi embarazo por eso ahora vienes cochino, por eso vienes con la sonrisa traviesa de romper la placenta, pero eso no es la vida, criatura, se trata de enterrar mis dientes de leche en un pobre animal enfermo para que digas que te quiero, para que el frío no nos haga pedazos. Mírate, tienes los ojos distintos no por su color ni por su brillo, sino por el lugar en que se ubican en tu cara amarilla. No te asustes de mi cara, no es que las palabras de las señoras me cosan la boca, es que mi boca no quiere perder su lengua acicalándote ¡qué no me resisto a la horizontal que cruza tu manita toda! Esa maldición escrita con el único alfabeto que me importa, la cara de Cristo en la cordillera que ven las niñas municipales, los niños municipales dicen que abren el grifo para soportar el verano, pero yo sé que quieren que se quemen las casas de sus padres en el otoño. Cuídate de todos menos de mí, para amarte de esta forma he ovulado con las manos de hombre, todavía mastico polillas para que cuando te bese sientas el olor de la noche porque yo nunca te contaré un cuento de niños, otros harán de la literatura un somnífero en ti, sólo debo decirte cuídate del cazador que puede sacar mujeres vivas de adentro de los lobos, los lobos son sólo perros con hambre, guarda esa piedra ¡carajo! soy tu madre y tu padre, me debes la vida y te la voy a cobrar.


Este poema es del libro Mi hijo down de Pablo Paredes, un poeta chileno que escribe bonito y no pasao a guano


domingo, 26 de julio de 2009

¿vos nunca hiciste nada por amor?

Me estremeció una noticia que leí esta mañana en el diario; la recorté y la guardé en uno de los cajones de mi archivo, entre esos tantos retazos que en estos años me han ayudado a vivir.
Una mujer, en un crudo invierno, apenas con una remera y un pantalón, se escapó del hospital siquiátrico con el deseo de ir a buscar a su compañero. Aprovechando la distracción del maquinista, robó una locomotora y, haciéndola funcionar sin dificultad, comenzó su odisea. El había trabajado en el ferrocarril y le había enseñado a conducir trenes y ''muchas cosas más''.
''Si supieran ustedes lo que es el amor, me dejarían seguir'', le decía al oficial que la detuvo y, mientras la llevaba a la comisaría, con llantos desesperados gritaba: ''¿Vos nunca hiciste nada por amor?''.
(...)
He querido rescatar esta historia de entre mis papeles, ya que de alguna manera, cuando el razonamiento nos conduce al borde de la psicosis colectiva, estos actos son lo más parecido a una salvación.


Extracto 'antes del fin', Sábato.



Empiezo mal.

Muchas veces me dan ganas de escribir, pero pocas de publicarlo. Como tantas veces, estoy actuando guiada por razones que mañana harán que me arrepienta y deje este sitio botado como otros, como puede que no. En estas vacaciones invernales he estado leyendo algunas cosas y viendo varias películas, así que lo publicado acá serán una especie de recortes de las cosas que me han estado llamando la atención, y como no todos es tan seriote y no quiero que esto parezca noticiero, habrá algo deblogdelagina (para ti perro).